
“Un corazón quebrantado y humillado, oh Dios, Tú no lo desprecias” (Sal 50).
En el camino espiritual, la humildad es la escalera por la que ascender.
Sabemos que Dios acoge a los humildes y resiste a los soberbios.
Cabe una falsa humildad, la de creerse sin remedio.
PENSAMIENTO
Cuando el hombre, capaz de emanciparse de Dios, reconoce a su Creador, adquiere la mayor dignidad.
PROPUESTA
Reconoce tu debilidad y déjate perdonar.
CUESTIÓN
¿Cuánto hace que no has celebrado el sacramento del perdón?